lunes, 31 de diciembre de 2012


"Dios llenará hasta el borde toda tu carencia"

Y mi Dios proveerá a todas sus necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
Entonces Eliseo le dijo: "Ve, pide vasijas prestadas por todas partes de todos tus vecinos, vasijas vacías; no pidas pocas."

Charles Spurgeon
El presente pasaje de Filipenses podría ser traducido así: "Mi Dios llenará hasta el borde toda tu carencia." La ilustración que explicará mejor el significado es la de una mujer cuyos hijos iban a ser vendidos por su acreedor para que pagara las deudas de su difunto marido. Ella no tenía nada que pudiera llamar propio excepto unas vasijas vacías para aceite, y el profeta le ordenó que las colocara en orden, y que trajera el poco aceite que quedaba en el recipiente. Ella así lo hizo, y él le dijo luego: “Vé y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas.” Ella acudió a un vecino y a otro hasta que hubo llenado su aposento por completo de estas vasijas vacías, y luego el profeta le dijo: “Echa en todas las vasijas.” Ella comenzó a echar de su casi vacía vasija de aceite en todos los demás recipientes, y, para sorpresa suya, llenó hasta los recipientes más grandes. Entonces fue a otra vasija, y la llenó, y luego a otra y a otra. Así estuvo llenando todas las vasijas de aceite, hasta que por fin le dijo al profeta: “No hay más vasijas.” Entonces cesó el aceite, pero no fue sino hasta entonces.
Lo mismo sucederá con lo que les haga falta. Ustedes estaban atemorizados por tener muchas carencias justo ahora, ¿no es cierto? Pero ahora tengan la bondad de pensar que las tienen, pues sólo se trata de varias vasijas vacías que han de ser llenadas. Si la mujer sólo hubiese pedido prestadas unas cuantas vasijas, no habría podido recibir mucho aceite; pero entre más vasijas vacías tenía, más aceite obtenía. Entonces, entre más carencias y más necesidades tengan, si las llevan ante Dios, será mucho mejor, porque Él las llenará hasta el borde, y pueden estar agradecidos de que haya tanto espacio que llenar. Cuando no tengas más carencias, (pero, oh, ¿cuándo será eso?) entonces el suministro cesará, pero no hasta entonces.
¡Cuán gloriosamente da Dios a Su pueblo! Antes necesitábamos perdón: Él nos lavó, y nos hizo más blancos que la nieve. Necesitábamos ropas, pues estábamos desnudos. ¿Qué hizo Él? ¿Nos dio algún tosco vestido de algún tipo u otro? ¡Oh, no!, sino que dijo: “Sacad el mejor vestido, y vestidle.” Fue algo afortunado que el hijo pródigo tuviera sus vestidos hechos harapos, pues entonces necesitó ropa, y fue sacado el mejor vestido para él. Es algo grandioso estar consciente de las necesidades espirituales, pues todas serán remediadas. Una necesidad consciente a los ojos de Dios, ¿qué cosa es sino una solicitud prevaleciente para una nueva misericordia? Algunas veces le hemos pedido que nos consuele, pues estábamos muy abatidos; pero cuando el Señor nos ha consolado, nos ha llenado de tal manera de deleite que hemos estado inclinados a clamar con el antiguo teólogo escocés: “¡Espera, Señor, espera! Es suficiente. No puedo soportar más dicha. Recuerda que soy sólo un vaso de barro.” Nosotros, al aliviar a los pobres, generalmente no damos más de lo que podamos evitar, pero nuestro Dios no se detiene para contar Sus favores, sino que da como rey. Derrama agua sobre el que está sediento, y corrientes de aguas sobre la tierra seca. Dios les bendiga y deseo que Dios les haya hablado como me hablo a mi.

lunes, 24 de diciembre de 2012

" DEBES TENER METAS EXTRAORDINARIAS "

Debemos extender nuestra fe para llegar a nuevos lugares.
Dios usa a personas ordinarias con metas y visiones extraordinarias. Eso es lo que yo soy­ una mujer normal con una meta y una visión. Pero el simple hecho de decir que soy una persona normal no es para decir que estoy satisfecha con ser alguien común. Yo no sirvo a un Dios promedio, por eso no tengo que ser una persona promedio–tampoco tú tienes que serlo.

El promedio está bien. No es malo, pero tampoco es excelente. Yo creo que cualquier persona común, puede ser usada grandemente por Dios. Podemos hacer cosas importantes y maravillosas, que nos asombrarían aun a nosotros mismos, si creemos que Dios puede usarnos y si tenemos la osadía de contar con una meta y visión extraordinaria. Lo que quiero decir con extraordinaria es que sea algo que no tenga sentido. Tenemos que creerle a Dios para lograr esto.
Efesios 3:20 nos dice que Dios puede hacer más abundantemente cualquier cosa de lo que pudiéramos atrevernos a esperar, pedir o pensar, según Su poder que opera en nosotros. Dios lo hace por Su poder, pero lo hace a través de nosotros, así que tenemos que cooperar con Él. Eso significa que tenemos que ser atrevidos y osados en nuestra fe y en nuestras oraciones.
Algunos no estamos creyendo o pidiendo lo suficiente. Necesitamos estirar nuestra fe para llegar a lugares nuevos. Debemos ser personas ordinarias con metas extraordinarias.   Que el TODOPODEROSO  te ayude a que no desistas de tus metas, que el Señor te bendiga!!

                                                        
                                                                   

lunes, 17 de diciembre de 2012

" EL ENFASIS CORRECTO EN JESUCRISTO"

Según el énfasis que una persona haga cuando se exprese oralmente cambiará el significado de lo que comunica. Si por ejemplo dice “¡Ay!” puedo pensar que se está quejando. Pero si dice “ahí”, es porque señala algo. Y si dice “hay” es porque algo existe. Con las tres palabras pudiera decir: “¡Ay señora! Déjelo ahí, no hay de qué preocuparse.”
Hacer los énfasis correctos es importante para comunicar con exactitud un pensamiento o sentimiento. La palabra “mamá” dicha de 10 maneras diferentes significará 10 cosas muy diferentes. Se pudiera decir con ternura, admiración, reproche o implorando ayuda.
Cuando anunciamos a Cristo es importante pensar en qué enfatizaremos de Él, cómo lo presentaremos ante el público. A Jesucristo, el Hijo de Dios, lo podemos presentar como: sanador, proveedor, salvador, perdonador, Dios, intercesor, libertador, ayudador o Alfa y la Omega. Todo depende del auditorio, el lugar y las circunstancias.
Sin embargo, al escudriñar en la Biblia, encontramos que el énfasis de Cristo estaba en mostrarse como el Hijo de Dios, el Mesías, el enviado del Padre. Sí, sanó enfermos, pero como algo accesorio. Liberó endemoniados, pero como algo adicional. Resucitó muertos, pero no era su énfasis, pues el resucitado algún día moriría de nuevo.
Los apóstoles enfatizaron que Cristo era el Señor, el amo, Dios, el Todopoderoso, el único que podía perdonar pecados y salvar las almas. Que estaba vivo y a la derecha del Padre, que era el Jefe supremo de la iglesia y que pronto regresaría. Las sanidades, liberaciones, resurrecciones y otros milagros llegaban como añadiduras, no como énfasis.
Hoy tenemos a un mundo con una imagen distorsionada de Cristo, ya que le estamos enfatizando que si le das cien dólares, Él te devolverá mil. Y que si le das tu vida Él te dará esto o aquello.
Y claro que lo podemos presentar estratégicamente de diversas maneras, pero procurando enfatizar lo que Él y sus apóstoles enfatizaban, así no tendremos cristianos mediocres que buscan el milagrito de Dios en lugar de buscar al Dios de los milagros.
¡Ya no persigas añadiduras! Jesucristo nos enseñó que primero buscáramos a Dios y su justicia, y que así  todas las demás cosas nos serían añadidas

martes, 11 de diciembre de 2012

"¿COMO ESTA TU CORAZON HOY?"

El Señor no mira lo que mira el hombre;pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero el Señor mira el corazón. 1 Samuel 16:7.
Un enfermo que pasó por una grave operación cardiaca contó: –Parecía estar bien de salud. Exteriormente todo iba bien, pero sin que lo supiera, estaba aquejado de una grave enfermedad, un aneurisma.
En lo concerniente a nuestra salud, nuestra apariencia puede engañarnos y hacernos peligrar. Esto también es cierto en la esfera espiritual y moral, pero tiene consecuencias mucho más graves. A los que nos rodean podemos parecerles una persona respetable, podemos gozar de buena reputación y tener una excelente opinión de nosotros mismos. Sin embargo Dios no nos juzga según nuestra propia opinión o la de la gente que nos conoce. Sondea nuestro corazón y lo declara incurable a causa del pecado. “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo el Señor, que escudriño la mente, que pruebo el corazón” (Jeremías 17:9-10).
¿No hay, pues, ninguna esperanza de cura para el gran mal del pecado? Demos gracias a Dios: el que nos declara incurables también nos dice: “Venid luego… si vuestros pecados fueren… rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana” (Isaías 1:18). Aceptemos el remedio prescrito por el divino médico: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo” (Hechos 16:31). Sólo Jesús salva al pecador mediante su obra cumplida en la cruz: “En ningún otro hay salvación” (Hechos 4:12). “El Señor encamine vuestros corazones al amor de Dios, y a la paciencia de Cristo” (2 Tesalonicenses 3:5).  Que Dios te bendiga desde la Aurora, espero desde lo mas profundo de mi ser, que Dios te hable como me ha hablado a mi.

lunes, 3 de diciembre de 2012

" NO EXISTEN PADRES PERFECTOS"






"Como un padre se compadece de sus hijos, Así se compadece el SEÑOR de los que Le temen. " (SALMO 103:13)





Nadie. Nadie que sea humano puede decir que ha sido un padre o una madre perfecto. El único padre perfecto es el Padre Celestial que está en el cielo. A su modelo tendremos siempre que apuntar, para que la gloria sea siempre solamente para Él.
No hay madre, no hay padre que no peque. Ninguno de nosotros puede decir, “Yo nunca cometí un error con respecto a mis hijos”. Pero, sabe que Dios entiende esto muy bien. Y la gracia de Dios, su favor, se extiende hacia ti, padre o madre imperfecto. Cuando nos sintamos inadecuados al final del día con respecto a nuestra paternidad o maternidad,  recostemos nuestra cabeza sobre la almohada y digamos, “Señor, confío en Tu gracia, confío en Tu misericordia”.
Ayuda mucho reconocer que no podemos volver el tiempo atrás. Quizás cometimos serios errores como padres antes de conocer el mensaje del evangelio. Quizás nuestros propios padres, a quienes veneramos y en un tiempo consideramos modelos adecuados de paternidad, cometieron serios errores con nosotros, e ignorantemente transferimos esos errores a la educación de nuestros propios hijos. Sólo mucho después, a la luz de la Palabra de Dios, logramos entender nuestros errores. Pero ya, desgraciadamente, habíamos hecho daño a nuestros hijos. Quizás tendremos que pedirle perdón a nuestros hijos y admitir delante de ellos que fallamos.
Pero no podemos vivir la vida castigándonos a nosotros mismos por errores que cometimos por nuestra ignorancia. Cuando venimos a los pies del Señor, él nos dice, “No te preocupes. Sé que has cometido muchos errores. Comencemos a trabajar juntos para enderezar las torceduras del pasado. Mi Espíritu se asegurará de que no fracases en ese esfuerzo”.
Lo primero que tenemos que decir es, “Me arrepiento. Sé que fallé. Quiero hacerlo mejor”. Quizás, como dijimos antes, tendrás que pedirles perdón a tus hijos. Este será un buen paso hacia su sanidad.
Pero tiene que llegar el momento en que te abandones a la gracia y misericordia del Señor, y reconozcas que ser padre, ser madre, es la tarea más inhumana que existe en el universo. Inhumana en el sentido de que sólo lo divino puede realizar una paternidad adecuada. Es una labor que Dios nos ha encomendado en la cual nadie saca una “A”. Nadie. Nunca la vamos a poder ejecutar a la perfección.
¡Pero qué bueno es saber que tenemos un Padre misericordioso, que se especializa en enderezar huesos rotos y corregir cicatrices de manera que ni se noten con el tiempo! Abandónate a la misericordia de tu amoroso Padre, que te perdona y restaura. No vivas en el pasado. Mira confiadamente hacia el futuro, y cree que aun tus errores Dios los usará para bendecir tu casa y darle a tus hijos un futuro y una vida bendecidos. Ciertamente, “a los que a Dios ama, todas las cosas ayudan a bien”. ¡Aun los errores del pasado.